16/feb/2012- Lo cierto es que los aldeanos,
ahora tenían nuevas responsabilidades; además del trabajo en el campo, debían ocuparse
de mantener el Valle. Aplicaron disímiles fórmulas, listas, planificación diaria para
la atención a las áreas comunes; sin embargo no pudieron sostener con calidad
los servicios que antes brindaban las instalaciones del lugar. Por otro lado, a
la gente no le gustaba destinar parte del tiempo de atención a sus cultivos
para trabajar en el mantenimiento del Valle.
Con el tiempo, muchos criticaban
el nuevo modelo y evocaban los tiempos en que el lugar era administrado por los
hermanos Juan y Jesús.
Pedro, el joven líder de la
aldea, tenía un verdadero reto. Fue
entonces cuando decidió llevar al Consejo de la aldea (integrado por los aldeanos
más experimentados) el tema del Valle. El consejo estaba compuesto por 5
personas, los cabezas de las familias más numerosas. Allí se escucharon muchas
propuestas, el señor Mututu propuso mantener el sistema implantado
donde los aldeanos eran afectados en días planificados, mientras que Gorbi, el anciano, planteó demoler
el Valle y ocuparse sólo de las cosechas.
Por increíble que parezca,
pasaron meses y meses sin poder resolver la situación del Valle. Las viejas medidas
generaban cada vez un rechazo mayor, a la vez que el Valle se deprimía con el
paso de los días; ya no lucía resplandeciente y pulcro, ni satisfacía los
deseos de esparcimiento de aquella aldea.
Pedro lidiaba con ambos bandos
sin arribar a una decisión final. Esto último motivó quejas de las familias,
que reclamaban del líder de la aldea una solución, casi mágica, al dilema. En
pocas palabras, renunciar al Valle o idear una fórmula mejor, eran las
dos únicas alternativas, pues cada vez más la gente se oponía con mayor fuerza
al sistema imperante.
Finalmente, el joven jefe ideó
una solución viable al conflicto. En plena reunión del Consejo, propuso una
idea nunca antes vista por aquellos hombres:
- Yo propongo dedicar personas al
trabajo del Valle. Sé de algunos a los cuales no les agradan las labores
agrícolas y que en cambio aman nuestro Valle. Pues bien, esa será su forma de
contribuir a todos y en cambio recibirán una parte de las cosechas de los
demás.
¡Fue formidable! Todos aceptaron
la propuesta que terminaba con un dilema de meses, quedando pendiente de
definir las cantidades que aportaría cada familia.
Con los mejores sentimientos,
puede fracasar una empresa cualquiera. Esta gente acostumbrada a las labores
del campo, no tienen recursos para sostener otros frentes, en este caso:
servicios. Han tenido que aprender de su propia experiencia e inventiva.
Continuaremos publicando esta historia, con objetividad y honradez.
Continuará….
Artículos relacionados: Cuba: un único PartidoEn el próximo, trataremos de cómo la experiencia de esta aldea se extendió por toda la región y del destino de los ricos hermanos Juan y Jesús.
Capitalismo vs Socialismo en un cuento (I)
*Imagen tomada del sitio "Acerca de Internet".
!Hasta la próxima!,
seguiremos, deBATEANDO.
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